domingo, 20 de marzo de 2016

EL APRECIO DE LA BELLEZA

"Una obra de arte es una creación humana que ha sido elaborada con el propósito e crear belleza".

Esta definición que tenemos en el manual de Filosofía parece inofensiva y, sin embargo, no lo es en el mundo actual del arte y la estética. Y esto es así porque el arte se ha convertido no en una expresión de belleza únicamente, sino en muchas cosas más; y así, hoy en día, el arte reivindica ideas políticas, invita a conocer lo absurdo del ser humano y la sociedad, se vanagloria de la fealdad, se ríe de la inteligencia, busca la autocompasión o el alago fácil, a veces incluso busca la provocación a base de zafiedad.

Quizá por eso hoy es más difícil hablar de ARTE en cuanto manifestación estética que busca lo bello, pero creo que ése ha de ser el camino: la búsqueda de lo bello, una belleza que lo es también cuando busca la reflexión de aquello que somos y que manifestamos o escondemos. Es por ello que buscar la provocación, la sorpresa, en definitiva, todo aquella expresión de lo bello que toque alguna tecla en nuestro interior y nos emocione de una manera o de otra podemos verlo como arte. 

Creo que el límite siempre ha de ser el respeto a la inteligencia del contemplador.
Debido a esta personalización, el arte es subjetivo, desde mi punto de vista, raramente se puede objetivar; y esto es así porque mis emociones no son de otros, de la misma manera que las de otros puedo no compartirlas. 

En este tema vamos a reflexionar un poco acerca de la estética y el primer intento lo hacemos con la pintura. Os expongo tres pinturas muy diferentes pero que claramente son ARTE. En primer lugar, el retrato de INOCENCIO X, de Velázquez; "El Guernica" de P. Picasso y el estudio de "El Papa Inocencio X de Velázquez", de Francis Bacon. 

Todas son obras artísticas. Pero convendría dar un paso más allá y que hiciérais un pequeño estudio de estas tres pinturas desde un punto de vista formalista, expresionista y simbólico. A ver quién se atreve a ello. Doble recompensa.




Como siempre, queda abierto el debate