lunes, 9 de abril de 2018

LA CRÍTICA O EL PENSAMIENTO CRÍTICO (Tomado de otro blog)

Os reproduzco íntegramente una entrada de un blog que sigo y me gusta mucho por sus reflexiones acerca de la educación o, en este caso el pensamiento crítico. Impagable y muy cercano a la realidad.

Podéis seguir el blog en esta dirección:
https://joseferjuan.wordpress.com



Crítica del pensamiento crítico

por joseferjuan

Parto de que el pensamiento crítico es una modalidad esencial de todo pensamiento, hasta que se apodera de toda la razón y la empobrece. Dicho "a la pata la llana" no es pensamiento aquel que no hace nada más que quejarse, destruir y derribar lo ajeno. Porque lo más curioso de ciertos adalides de esta forma de enfrentarse a la realidad es que no han dicho nada en primer lugar, ni probablemente lo harán. Permanecen agazapados en sus rincones esperando que alguien intente decir algo con sentido para aparecer con sus juicios mordaces buscando amordazar y silenciar al otro. De este pensamiento y su defensa a ultranza esto un tanto harto. Y me consta que no soy el único.


No es una crítica propiamente a la crítica. ¡Estaría bueno!


La filosofía, si algo tiene de maravillosa y libre, es el reconocimiento de la sabiduría antes incluso de alcanzar algo de ella, por mero deseo y búsqueda, implicando necesariamente en ello toda la vida singular de la persona que pasa a filosofar.


La filosofía no conduce a la nada en la que deriva este pensamiento ultracínico y nihilista, sino que hace de la duda y la pregunta el inicio de su camino, de su método, al modo como también la ciencia a su manera pretende distanciarse en algo de esa realidad en la que está involucrado. Más bien nos pone delante, nos sitúa de modo muy concreto y particular, singularizados como personas, frente al mundo en su totalidad no cerrada, como tampoco nos encontramos nosotros en esa situación clausurados y vueltos sobre nosotros mismos. La apertura y el encuentro no serán totales, pero qué duda cabe de que aquí se ve la persona abocada a comenzar necesariamente la reflexión y búsqueda adentrándose de golpe en el misterio, que será negación en cierta manera de lo que había y alumbramiento de algo que hay más intensamente aún que lo que parecía que era todo.


La razón no critica, sino que aprehende en múltiples formas y modalidades en las que el alma se modula. Nos encontramos, si no ante un objeto propiamente tal, sí con la noticia de algo en nuestra conciencia que reclama una cierta trascendencia más allá de este primer aviso de la existencia. Conducidos por esta manifestación aprendemos, en contra de ciertas comeduras de cabeza, que lo que hay no es igual en todo caso; que lo que se muestra, se muestra por diferentes caminos y que su método reclama aproximaciones respetuosas de diversa índole originalmente. Si no, confusión y kaos, devenir continuo e irrespetuoso y deseos frustrados y búsquedas palmariamente derrotadas.


El pensamiento crítico, tan en boga, parece desconocerse incluso a sí mismo. Si no, el enorme ego de los criticones estaría permanentemente contradiciéndose a sí mismos y nos dejarían en paz al resto de la humanidad. Pero no es así. Su vocación precisa es el olvido de sí mismos, donde no hay por tanto filosofía auténtica alguna, para dar el continuo tostón al prójimo. Nada más antisocrático que esto, digan lo que digan.


El auténtico pensamiento crítico se debe preocupar más bien, y esclarecerlo en primer lugar, qué vara de medir usa para hablar o dejar de hablar. La sincera filosofía no comienza en el prójimo, aunque termine siendo de máxima utilidad y beneficio para otros, sino por sí mismo. No para buscar coherencia y que todo cuadre cerradamente, para aposentarse y atrincherarse en cuatro o cinco palabras, sino para encontrar la verdad, que vendrá de la mano del bien cuando no lo haga de la belleza, o de ambas unidas en ciertas ocasiones especiales y sobrecogedoras.


Los otros pensamientos críticos, que ni dicen ni dejan decir, son pura patraña y entretenimiento de masas. Por eso resultan tan televisivos, por eso venden los libros que venden.




Invitar a estas formas de pensamiento crítico es invitar a un amigo que nunca estará de acuerdo en nada, que no te dejar´´a vivir, que estará murmurando continuamente por debajo y cuya existencia tediosa e infeliz acabará por contagiarlo todo entre risas estentóreas y mordaces. Educar en esto es contagiar desesperación, abocar al suicidio y el sinsentido de toda vida. ¡Fuera de aquí, pensamiento criticón!

Fuente: https://joseferjuan.wordpress.com/2018/04/09/critica-del-pensamiento-critico/

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